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        Extraído de las Jornadas de padres

                                                                Propuesta de valor

Leire es una niña de 6 años recién cumplidos, cuando llegó a consulta a sus 5 años era ella la que nos saludó al entrar, sonreía poco y observaba mucho todo a su alrededor. Es hija única por decisión y los padres están muy volcados en su bienestar.

El embarazo fue muy buscado aunque tuvo algunos inconvenientes. La madre tenía grandes dolores de cabeza con vómitos y el parto, se prolongó algo más de lo habitual. Al tercer mes el bebé comienza a presentar movimientos espasmódicos, y algunos tics a continuación. El pediatra les informa de inmadurez neuro-psico-pedagógica. Habló muy bien, sufrió otitis serosa de repetición que afortunadamente no le impidió oír correctamente, no controlaba esfínteres hasta tres años y medio y todavía hoy utiliza pañal por la noche.

Sus familiares le llevaban en el carrito de continuo a todas partes, la madre se afirma que su hija se fatigaba mucho. Durante las horas de juego al aire libre en el parque solían defender a su hija mientras jugando con otros nuevos amiguitos algún niño le hablaba en tono desmedido o le empujaba. Ambos,  salían en su defensa levantándose del banco desde donde no quitaban ojo a su hija hasta que el juego terminaba. En este sentido, la socialización infantil  de Leire se reducía y más bien era escasa tan solo se comunicaba cuando los padres se acercaban con ella para que jugara con otros niños, el resto del tiempo, solía jugar sola. La niña estaba muy encima de su madre, no disfrutaba del juego porque le preocupaba más las llamadas de atención hacia su madre y la búsqueda de gratificación. La niña a cada rato se caía y lloraba esperando que su padres fueran a levantarla como si ella no fuera capaz. Comía poco porque no le gustaba nada y durante el rato de la compra en el  supermercado, los padres le preguntaban a la niña, qué le gustaría para comer. Comienza a tener un tic nervioso en el párpado al que no le dieron mucha importancia.

 

Los padres estaban pendientes de la niña, tanto es así, que todo en la vida de la pareja giraba en torno a decisiones sobre la niña. La parejita había dejado de mantener relaciones íntimas porque la niña dormía con ellos, pero además, habían dejado de lado su vida social, ya no salían con sus amigos solo vivían para la niña. Resisten confundirse o desempeñar mal el rol de padres y el umbral de padres perfectos lo tenía muy alto.

Los padres describen a su hija como una niña muy sensible y delicada, tímida con ellos y muy dulce, aunque otras veces, tenía muy mal genio aseguraban ambos. No acude a guardería y a los tres años comienza al colegio y a los pocos días constatan el fuerte retraso madurativo que presentaba, en relación con el resto de los niños de su edad en el aula. Los padres le llevan a recibir el Tratamiento Neuro-Psico-Pedagógico de  activación neuro-sensoria de  áreas afectadas pero no era suficiente por lo que acuden a visitarnos preocupados porque no sabían qué más podían hacer por encontrar bien a su hija…

¿CÓMO SE COMPORTABA LA NIÑA CON SUS PADRES?

La niña regañaba a sus padres, les “toreaba constantemente” pero los padres no eran conscientes de ello y mucho menos de las repercusiones que este tipo de comportamiento tiene sobre su hija. Inmediatamente elaboramos la intervención necesaria PIC para Marta con el Tratamiento Neuro-Psico-Pedagógico Educativo con recursos y material necesario que reequilibrarse el desfase en varios de los procesos y de las áreas que prestaba.Los padres marcarían unos estándares a cumplir aplicándose límites y disciplina de forma adecuada y muy claros. Dejaron de estar las veinticuatro horas pendientes de su hija sin necesidad.

Comenzaban a hacerse conscientes de que habían transgredido las líneas rojas y consentido en exceso a su pequeña. En cuanto a su autonomía, los padres se empeñaron a fondo poniendo todo de su parte, consiguieron un avance.

La niña se sentía mejor, se mostraba más feliz y contenta, libre en el juego y disfrutando por ello, aunque, como es de esperar a las pocas semanas intentó comprobar con todas sus fuerzas la resistencia de los padres haciendo carantoñas e intentando convencerles para llevarles a su terreno. Como suele ser, la niña volvió a resistirse ante las actividades que le suponían esfuerzo y poco a poco fue aceptando la nueva situación.

Experimentó un avance muy significativo en el inicio de la lectoescritura y al inicio de curso. Su comportamiento, su atención, mejoró muchísimo.

La familia estaba muy contenta por los resultados, pero no dejaban de pensar en lo difícil que les resultaba estar atentos para no caer en la tentación de sobreprotegerle, apoyar en todo como lo habían hecho hasta ahora, mimarle, sobreprotegerle. En realidad los padres lo habían hecho muy bien y su mejor premio era ver a su hija feliz y correteando de contenta sin quejarse ni remolonear, había hecho amiguitos y era estimada en clase.

Tenemos que tener presente lo importante que es para nuestro hijo que tenga una comunicación social estable. Si la relación con sus compañeros, amigos no funciona su vida se rompe.

 

Más información en la web:. www.pilarferreiro.com 

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